Los lazos de unión entre unos seres y otros son invisibles: Unen todo lo semejante entre sí por la Ley de Afinidad. Según esta ley las personas se encuentran, tienen amistad, viven juntas y se aman. También llevado a lo negativo, se rechazan, se odian, pelean puesto que no se encuentran afinidad entre ellas ni se entienden. La afinidad es necesaria en el vivir común normalmente.
Cada ser que llega a nuestra vida es por esta ley universal, y de una u otra manera todos somos maestros en el proceso de crecer y vivir, muchas veces conocemos personas por primera vez y hay un chispazo entre nosotros y la afinidad se da como por magia, allí se está accionando dicha ley, hay afinidad de gustos, de ideas, y se desarrollan la relación de amor, amistad. El mundo viviría en mucha mayor armonía sin las incomprensiones, la manifestación exterior es según la esencia interior de las cosas, así que muy mal vive consigo mismo quien se dedica a perturbar la vida a otro e impedir su adelanto en la luz por egoísmo y escaso entendimiento. Por la soberbia y una imposición dominante en este caso la Ley de Afinidad actúa en forma negativa.
Cuando hay un sentimiento de amor entre dos o más personas, sucede que la afinidad es perfecta, pero si se manifiesta antagonismo, no cabe duda de que existe una vibración contraria, sucede un choque y no encajan. Esto indica la falta de afinidad. El choque de vibraciones se manifiesta por ser una rata vibratoria más alta que otra o diferente en su esencia y entonces no se entienden.
Actuemos siempre en forma positiva, no permitamos abusos de confianza, de mala fe, podemos estar seguro que la otra persona es quien ha perdido más que ustedes por no portarse en la misma rata vibratoria, y de paso se le regresara todo lo que genera multiplicado en dificultades y a nosotros se nos devolverá aumentado en bendiciones. Si hay honestidad, sinceridad, buenos deseos, no nos atormentamos con recriminaciones y sentido de culpabilidad cuando cometamos algún error o falta. Simplemente nos perdonamos a nosotros mismos y a quienes nos hayan perjudicado, disolvemos todo con la llama violeta y lo olvidamos. Resistirse al mal solo genera mucho mal cada vez. Lo malo no existe en sí mismo, aunque lo quiera el pensamiento humano y lo proyecte es una consecuencia del poder mental mal utilizado , el cual genera Karma.
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