sábado, 10 de agosto de 2013

Karen Berg

Virgo: La verdad que buscamos

Viernes, 9 de agosto de 2013

El mes de Virgo nos encamina a Rosh Hashaná, que sabemos que desde el punto de vista kabbalístico no es una festividad religiosa, sino que marca el nacimiento de la humanidad: una apertura cósmica que provee a cada uno de nosotros la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva para el próximo año. 

De hecho, las características de una persona nacida bajo el signo de Virgo apoyan esta energía de limpieza. Aparte de su amor a la perfección y al orden, los nativos del signo Virgo disfrutan enfocarse en los pequeños detalles, y tienen una habilidad increíble para señalar lo que muchas veces pasa desapercibido, especialmente esas cosas que no están en su lugar. 

Sirvientes naturales del universo, los nativos del signo Virgo están gobernados por uno de los signos más exigentes y trabajadores del zodíaco. Sin embargo, para todos nosotros, seamos del signo Virgo o no, esta energía nos concede la perseverancia y la dedicación necesaria para avanzar con nuestro trabajo espiritual. Y necesitamos cada parte de esa energía porque el verdadero trabajo del crecimiento espiritual es difícil. 

La razón de esto es porque, según la Kabbalah, la única forma en la que podemos encontrar las respuestas a la verdad que buscamos, es a través de nuestra habilidad individual de aceptar la responsabilidad personal de nuestras vidas. 

El crecimiento espiritual comienza con una consciencia activa del rol que jugamos en lo que está pasando en cualquier momento, una consciencia que nos lleva a cambiar nuestras acciones complacientes y que a cambio nos conduce a niveles de consciencia superiores 

Sin embargo, en realidad no mucha gente está interesada en alcanzar un verdadero crecimiento espiritual. Para la mayoría, la meta final es sentirse bien, y no necesariamente saber la verdad. Por esta razón, muchas personas generalmente prefieren seguir "caminos espirituales" de tranquilidad y comodidad. Caminos que no requieren que ellos realicen acciones para cambiar. 

Por ejemplo, hay mucha gente a la que le gusta ir a lugares en los que cantan, escuchan música, se abrazan y se sienten bien. De hecho, abrazarse y cantar de verdad "se siente bien", pero esos sentimientos cálidos y suaves están basados en la emoción. Y todos sabemos que las emociones pueden ser maravillosas cuando nos llevan a compartir y conectar con la Luz, pero las emociones no son espirituales en sí mismas. Cuando hablamos de la verdad, no estamos discutiendo sobre sentimientos o condiciones que están presentes sólo por el momento. Estamos hablando de un crecimiento que es permanente y eterno. 

Puede que te preguntes a ti mismo: "Bien, si todo esto es verdad, entonces ¿de qué formas puedo manifestar mi deseo por un verdadero crecimiento espiritual?". 

Para empezar, debemos identificar nuestras fallas. Sí, esto es muy difícil porque la mayoría de nosotros nos negamos o rechazamos completamente el hecho de que siempre tenemos imperfecciones en nuestra personalidad. Pero estas fallas son la expresión de nuestro crecimiento espiritual: Ellas nos muestran dónde estamos actualmente. Estas fallas son la fuente de los velos que no nos dejan ver, pero que también pueden proveernos con las oportunidades para eliminarlos. 

Rabia, odio, envidia, la mayoría de nosotros sabemos si tenemos estas características. Sabemos si estamos molestos, si explotamos, y si le hacemos daño a alguien sin intención por nuestra propia incapacidad de restringir nuestras emociones.

Pero, ¿qué hay de nuestras imperfecciones más sutiles de carácter? ¿De verdad las entendemos y las reconocemos? ¿De verdad tenemos la capacidad de ver cómo, en nuestras conversaciones con la gente, los detalles acerca de la vida de otra persona o nuestra opinión de otros llega sutilmente a ser parte de la conversación? Esto puede que no sea exactamente al nivel de lashón hará, la "mala lengua", pero si realmente nos escuchamos a nosotros mismos, descubriremos que estamos juzgando. 

Puede que sintamos que las otras personas son creídas, que gritan mucho, o que son muy impacientes al tratar con nosotros. Estos pensamientos de por sí nos impiden lograr el crecimiento espiritual, y peor aún, se componen de negatividad cuando los expresamos a otros y cuando menospreciamos a alguien que ni siquiera está ahí. 

En el mes de Elul, la puerta espiritual está un poco más entreabierta que en cualquier otro momento del año. Está entreabierta para que podamos conectar con la Luz. Aunque siempre hay un potencial igual para la oscuridad así como para la Luz, la puerta también está entreabierta para que entre el lado negativo. Por ello, debemos ser cuidadosos y estar conscientes de las pequeñas interacciones en nuestras vidas. 

Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que nosotros somos responsables de nuestras acciones negativas. Sólo así podemos comenzar a corregirlas y avanzar en nuestro camino espiritual porque si queremos acercarnos a la calidez del sol, debemos comenzar quitando los velos.