viernes, 26 de julio de 2013

La Exclavitud. El ego.

La mayoría de nosotros conocemos el relato bíblico del Éxodo . Pero mucha gente, incluyendo la mayoría de los rabinos y sacerdotes, no conoce el significado espiritual oculto de este relato y la clara importancia que tiene en nuestras vidas.

El relato nos cuenta que los israelitas llevaban 400 años como esclavos en Egipto. Eran esclavos e hijos de esclavos, cautivos de un faraón con un corazón de piedra que gobernaba el país. Entonces llego un gran líder llamado Moisés , quen siguiendo la misión que le había encomendado Dios, libero a su pueblo. Moisés guió a ls antiguos esclavos a través de un largo y arduo viaje, que incluyo la famosa apertura de las aguas del Mar Rojo hasta llegar al monte Sinaí,nido de tenía una cita con el destino.

Y Qui llega la parte interesante. Los israelitas estaban saboreando la libertad por primera vez en siglos y, sin embargo, se las arreglaron para quejarse, gimotear y refunfuñar cada vez que la situación en el desierto se complicaba un poco. Incluso llegaron a suplicarle a Moisés que los llevara de vuelta a Egipto!
Según la Kabbalah, toda esta historia es un código . Egipto es una palabra clave que significa nuestra existencia material en este mundo físico de caos. El faraón se refiere al ego humano y a la naturaleza incesantemente reactiva, egoísta e intolerante de la humanidad. Es decir, cualquier aspecto de nuestra naturaleza que nos controla es el Faraón.

El miedo
La ira
La competitividad
La inseguridad
La baja autoestima 
El egoísmo
La envidia
La ansiedad 
La impaciencia

Todas estas emociones nacidas del ego, nos controlan y aprisionan constantemente. Somos como la bola atada a la cadena que detiene nuestros pasos para evitar que avancemos. Son como esposas e nos atan; barrotes de hierro que nos atrapan; látigos que nos atormentan. Esta es la relación entre amo y esclavo más antigua de la creación, y adopta diversas formas:

Somos prisioneros de los aspectos materiales de nuestra existencia que están basados en el ego: autos, ropa, casas lujosas, prestigio, poder y posición social.

Somos esclavos de nuestros caprichos reactivas y nuestros deseos egocéntricos.

Somos cautivos de nuestra profesión, relaciones, miedos y dudas.

Somos prisioneros de las percepciones que tienen las otras personas de nosotros.

Estamos encarcelados por nuestra necesidad desamparada de ser aceptados por los demás.

Somos rehenes de la necesidad constante de superar a nuestros amigos y colegas del trabajo.

Algunos estamos atrapados por nuestro trabajo.

Otros son esclavos y están amordazados en su matrimonio.

Todos somos esclavos del mundo físico que nos rodea.
Pero tomando conciencia de que todavía estamos atrapados en Egipto, podemos obtener la llave que nos libere de las cadenas y alcanzar la máxima libertad jamás antes conocida. Éste es el verdadero poder espiritual de la Kabbalah.
Yehuda Berg

No hay comentarios:

Publicar un comentario