martes, 4 de febrero de 2014

DR. MIKAO USUI





El doctor Mikao Usui fue el conductor de la escuela cristiana de sacerdotes en Kyoto, Japón. Un día, algunos de sus alumnos le preguntaron si creía en las sanaciones milagrosas de Jesús. Al contestar afirmativamente, los estudiantes le preguntaron si podía mostrar una sanación de esta índole o si ya había presenciado una. El doctor Usui tuvo que responder en forma negativa. Ese fue el motivo de su renuncia al cargo en la universidad, para dedicarse a encontrar la respuesta a estas preguntas. Viajó a Estados Unidos y allí estudió teología en la Universidad de Chicago. Su tesis se centró en el tema "Las sanaciones en el Nuevo Testamento". Al mismo tiempo, estudió escritos chinos ya que, además del japonés y del inglés, el doctor Usui también dominaba el idioma chino. A pesar de sus profundos estudios de las religiones cristianas, del taoísmo y del budismo, no encontró las respuestas buscadas. Nuevamente en el Japón, estudió el sánscrito antiguo y visitó muchos conventos budistas, para adquirir nuevos conocimientos. Finalmente, encontró en la biblioteca de un convento Zen escrituras redactadas en sánscrito que informaban cómo y con qué métodos y símbolos puede lograrse una sanación. Aunque después de muchos años de búsqueda, descubrió los conocimientos teóricos relacionados con este secreto, aún le estaba vedado el acceso a la sanación. Durante esta época vivía nuevamente en el convento de Kyoto. El abad del convento y el doctor Usui habían entablado una profunda amistad. El abad le aconsejó meditar y ayunar durante 21 días en la montaña sagrada Kuriyama. El doctor Usui aceptó este consejo e inició el camino al día siguiente, confiando en que Dios le daría la fuerza de la comprensión. Con 21 piedras, de las cuales apartaba una cada día, formó un almanaque, y durante este tiempo ayunó y meditó. Muy temprano en la mañana del vigésimo primer día vio un luminoso haz de luz que descendió sobre él y que lo tocó en el centro de su frente. A pesar de este largo ayuno y con la consecuente debilidad física, repentinamente sintió que una gran fuerza recorría su cuerpo. Delante suyo vio con letras luminosas los antiguos símbolos de las escrituras en sánscrito y dijo: "Sí, me acuerdo". Estos símbolos se le fijaron para siempre en su mente y con ellos se activó el acceso a la Energía Vital Universal

Reiki

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